miércoles, 30 de septiembre de 2015

Extramuros

No nos deja hablar cuando nos ve llegar
Su bravía es hipnotizante de espuma bulliciosa
Escuchas los gritos de los ancestros perdidos.

Caminas y sientes que te elevas, pero te hundes.


Recuerdas las últimas horas de calor

Recuerdas los últimos veranos,
Recuerdas las últimas risas y tu último amor.

Luego bebes de ese infierno, bebes de tu miedo.

Tragas a suspiros lo que ya no puedes corregir,
Alzas los brazos al cielo, que los recuerdos vivos te salven y ni uno está allí.
Solo te queda despertar para morir.
Y escuchas una última voz diciendo:

... "No hay facundia cuando llegas al mar"

miércoles, 9 de septiembre de 2015

Mi cuerpo es un muerto

Mi  cuerpo es un muerto
Una casa vacía
Existo yo, pero
¿Estoy yo viva?
He arrancado pétalos 
A la noche suicida.

Mi cuerpo es un muerto
Pero adentro 
¿Estoy yo viva?
Nudosa, huérfana 
Soy una astilla 
En un tronco seco.

martes, 8 de septiembre de 2015

Díscolos besos

Luceros como carnada 
Silenciaron la noche 
Y fueron pescadas 
Todas las mañanas.

La saliente del río, 
Desbordaba del cielo 
Rayos de sol, 
Susurro de ensueño.

La noche y el rojo 
Se hizo color, 
Matizando el lloroso 
Aullido del dolor.

Sigilosa la caricia 
Llena de alcohol 
Remilgo de voces 
Saturaron el candor

Entre díscolos besos, 
Y oscuros recuerdos 
El cielo cayó en la trampa 
Y al saberse mordido 
Se entregó a la mañana.

lunes, 7 de septiembre de 2015

La infancia es un mal fantasma

Hay que hacer excepciones
con los ojos que decidimos cegar.

Hay que lamer las piernas 
ridiculizar al tiempo apoyado en la pared.

Hay que matar al sujeto
usar un buen viento y abandonarlo en el mar.

Hay que consentir el objeto
relamerlo y adorarlo, sacarle la mala leche.

Hay que putear el cuerpo
para que sepa afrontar la destrucción del alma.

Hay que olvidar la sífilis
someternos a lo antinatural y escarbar.

Hay que cambiar los nombres
contar los sueños de la infancia, corregirlos.

La infancia es un mal fantasma.

M.F.


jueves, 3 de septiembre de 2015

El sacrificio

He caído en el rollo meloso de sus cabellos
Ondas fugaces de estruendos 
Y negros recuerdos.
Abismo de olores ingenuos
Que torturaron la vista 
De los más hermosos dedos
Esa noche desanudaste tu coraje
Te he librado del infierno.

Tocan tus doradas mejillas
El golpe de mis mentiras
La ilusión pecadora de lo hermoso
Cavar dentro de los ojos
El animal furioso que cante
Y que no sepa morir joven.
Detente muchos años...
Volvámonos eternos.

M.F.

Nidos

Así arribamos sin destino,
Nos encontramos en nuestros ombligos, 
Casi sucios de nacer, 
Casi abandonados por nosotros mismos. 
Tenemos las lágrimas largas 
De tanto confesar que no queremos andar,
Que no queremos sentir el 
Cóncavo vacío de nuestro ombligo.

M.F.



martes, 1 de septiembre de 2015

Hay que asesinar el día

Mis uñas llenas de tierra están ¡He matado!

Iba cortando atardeceres,
Al ras del sol, fingía la sonrisa 
Y me escapaba algún rincón.

Soñaba con el día impecable, 
Con juiciosas nubes y un amanecer
Presumido, sí, soñaba...

Soñaba que cantaba con los pájaros,
Trinando la mañana, sus sonidos tan 
Cálidos como el primer rayo del sol.

Soñaba que crecía con la hierba fresca
Y que mi abría como una
tierna flor. 

Soñaba que era la cuerda de los montes,
Cual violín, el sol me enseñaba el canto
De mi primavera, me tocaba ...¡ay de mi!
Sí, soñaba.

De tanto afinar el sonido, de tanto soñar
La voz de la naturaleza, de tanto entregarme
Pura al estreno del día,
Creyéndome santa, creyéndome cándida,
Una flor, un hada, un pájaro
Adulador y unas nubes tan claras...

¡He matado! Me siento asesina, 
La noche me muestra lo que soy.
El robo que hago por los días, 
La transformación de la bella a la bestia,
Salen los demonios a danzar conmigo,
Se masturban con mis montes.

¿Te preguntas a quién he matado?
Lloro y mi alma se va por mi costado,
Avergonzada. ¡He matado!

¡He enterrado al sol con mi poesía!
He frustrado el sonido cautivador 
He destrozado las gargantas de esas avecillas
He violado la hierba y la flor...

Lloro. 


M.F.