Papá, las rosas en ese jarrón se han quedado sin agua. Y las he visto secarse, y mis ojos no lo aguantaron, mis ojos han llorado, mis ojos han cambiado.
Papá, esas rosas en ese jarrón, secas están y las veo encorvarse, las veo envejecer, presiento que huelen la muerte y sólo pedían un poco de agua a diario, un poco tan sólo.
Papá, la mesa se ha llenado de pétalos secos y la casa huele a rosas muertas. La mesa se cae y caigo con ella, papá... Mi casa, mis rosas, mi jarrón y tú mi agua.
Papá, han venido los insectos a levantarme y llevarme por la senda de la sal, he dejado atrás las rosas secas y mi casa muerta ha caído junto conmigo, papá.
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